
Los Ángeles, Estados Unidos. Un senador de la oposición demócrata en Estados Unidos fue expulsado por la fuerza el jueves de una conferencia de prensa por la secretaria de Seguridad del gobierno de Donald Trump en Los Ángeles, mientras intentaba interrumpirla.
“Soy el senador Alex Padilla. Tengo preguntas para la secretaria” Kristi Noem, declaró, antes de ser empujado fuera de la sala por dos hombres.
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Noem estaba dando una conferencia de prensa sobre las operaciones del gobierno para arrestar migrantes que en la última semana desencadenaron manifestaciones y el despliegue de militares ordenado por el presidente Trump.
El gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, dijo que el senador Padilla “es una de las personas más decentes que conozco”.
Con manifestaciones extendiéndose por todo Estados Unidos, en la segunda ciudad más grande del país rige un toque de queda nocturno y las autoridades enfrentan actos de vandalismo y saqueos que afectaron algunas zonas de la ciudad.
El toque de queda aplica desde las 8 p. m. (hora local) hasta las 6 a. m. del día siguiente. La medida abarca 2,5 kilómetros cuadrados del centro, una zona que ha sufrido “daños significativos” producto de las protestas.
“Esto es indignante, dictatorial y vergonzoso. Trump y sus tropas de choque están fuera de control. Esto debe terminar ya”, escribió en redes sociales.

La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, calificó el episodio de “absolutamente aborrecible e indignante”.
“Es un senador de Estados Unidos en funciones. Los violentos ataques de este gobierno contra nuestra ciudad deben terminar”.
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Las protestas desencadenadas por las redadas, mayoritariamente pacíficas, se han visto empañadas por algunos actos de violencia.
La Casa Blanca respondió enviando 4.700 militares a la ciudad, a pesar de las objeciones de las autoridades locales y la policía, quienes afirmaron tener la capacidad para controlar las manifestaciones.
El presidente Donald Trump afirmó que Los Ángeles estuvo “segura y en calma” durante las dos noches anteriores, tras el despliegue de miles de tropas para contener las protestas contra las deportaciones, mientras California se prepara para un enfrentamiento legal por su decisión sin precedentes.
